La historia ya la conocemos
A principios de 2011, sin mediar aviso y sin explicaciones, Google me canceló la cuenta desde la que controlaba mi primer blog, "Bananas en la Cama", el cual funcionaba desde el año 2007. Como consecuencia, me fue imposible volver a actualizarlo y quedó allí, suspendido en el tiempo, abandonado y decayendo lentamente a medida que los enlaces van desapareciendo. O sea: me cancelaron la cuenta pero el blog todavía hoy sigue en línea.
Por esta causa, en marzo del año último abrí un nuevo blog desde otra de mis cuentas de Gmail, "La Banana Canibal", pero esta vez con la precaución de asociarlo a dos cuentas, con la idea de poder actualizarlo desde ambas, por si sucediera otra vez el cierre de una de ellas. Precaución inútil.
En el día de hoy, dispuesto a actualizar, caigo en la cuenta de que La Banana Canibal ya no existe. Volvieron a cancelarme la cuenta, una vez más sin aviso ni explicación, pero en esta oportunidad también cerraron el blog. Es decir que han ido un poquito más allá...
¡Qué bronca!
No quiero seguir escribiendo por hoy porque estoy muy enojado. La Banana ya tenía un caudal importante de visitas diarias y había logrado un sitial importante en el mundo bloggero, similar al que tuviera el antiguo "Bananas el la Cama". No hay derecho que estos pacatos papanatas de Google nos impongan sus prejuicios antiporno como si fueran dueños de la verdad y la moral de todos los mortales.
Me gusta la pornografía y la consumo y la vivo como vivo mi sexualidad: abiertamente. Y lo seguiré haciendo mientras viva.
